
El codirector palestino de la película documental “No Other Land”, Hamdan Ballal, ha sido objeto de titulares internacionales tras reportes que indican que fue atacado por colonos israelíes y posteriormente detenido por fuerzas israelíes en la región de Masafer Yatta, en el territorio ocupado de Cisjordania. Este incidente, ocurrido el 24 de marzo de 2025, ha avivado las tensiones en una zona ya marcada por conflictos históricos y ha puesto de relieve las dificultades que enfrentan los activistas y cineastas que buscan documentar la realidad en el terreno.
“No Other Land”, dirigida por un colectivo de cineastas palestinos e israelíes —Basel Adra, Hamdan Ballal, Yuval Abraham y Rachel Szor—, ganó el Oscar al Mejor Documental en la ceremonia de 2025. La película, filmada entre 2019 y 2023, retrata la lucha de los habitantes de Masafer Yatta contra la demolición de sus hogares por parte del ejército israelí, que ha designado la zona como un área militar de entrenamiento. El trabajo ha sido elogiado por su crudo retrato de la vida bajo ocupación, pero también ha generado controversia, con críticas de algunos sectores en Israel que lo consideran una narrativa sesgada.
El incidente en Susiya
Según reportes iniciales y declaraciones del codirector israelí Yuval Abraham, Hamdan Ballal fue atacado por un grupo de colonos en el pueblo de Susiya, cerca de Masafer Yatta. Abraham describió el ataque como un “linchamiento”, afirmando que Ballal sufrió heridas en la cabeza y el estómago, y que estaba sangrando cuando los colonos lo agredieron. Activistas presentes en el lugar también denunciaron que los colonos destruyeron propiedades, incluyendo tanques de agua y vehículos, en lo que describieron como un asalto coordinado contra los habitantes palestinos.
Posteriormente, se informó que soldados israelíes intervinieron en el lugar, pero en lugar de asistir a Ballal, habrían irrumpido en la ambulancia que lo trasladaba para recibir atención médica y lo detuvieron. Desde ese momento, su paradero permanece desconocido, según las declaraciones de Abraham y otros activistas. El ejército israelí (IDF) no ha emitido un comunicado oficial confirmando o desmintiendo estos eventos hasta el momento, lo que ha generado especulaciones y demandas internacionales para esclarecer la situación.
Reacciones y contexto
El incidente ha provocado una ola de indignación entre defensores de derechos humanos y comunidades artísticas alrededor del mundo. Organizaciones como el Centro para la No Violencia Judía han condenado el ataque y han exigido la liberación inmediata de Ballal, así como una investigación independiente sobre los hechos. En redes sociales, cineastas y activistas han señalado que este episodio refleja los riesgos que enfrentan quienes intentan visibilizar las condiciones de vida en los territorios ocupados.
El contexto de Masafer Yatta agrega una capa adicional de complejidad. La región ha sido escenario de enfrentamientos recurrentes entre los residentes palestinos, colonos israelíes y las fuerzas militares. Desde la década de 1980, Israel ha declarado partes de Masafer Yatta como “Zona de Fuego 918”, un área designada para entrenamiento militar, lo que ha resultado en repetidos intentos de desalojo de las comunidades palestinas. Los habitantes han resistido estas medidas a través de acciones legales y protestas pacíficas, pero enfrentan constantes amenazas de violencia y desplazamiento.
Un documental bajo fuego
“No Other Land” no es ajeno a la controversia. Desde su estreno en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2024, donde ganó varios premios, la película ha sido objeto de críticas por parte de algunos funcionarios israelíes. El ministro de Cultura de Israel, Miki Zohar, llegó a calificarla como “sabotaje contra el Estado de Israel”. Por otro lado, sus creadores han defendido el proyecto como un esfuerzo colaborativo para exponer las desigualdades estructurales y abogar por una solución política que garantice derechos para ambos pueblos.
El incidente con Hamdan Ballal ocurre apenas unas semanas después de que el equipo de “No Other Land” celebrara su victoria en los Oscar, donde Basel Adra expresó su esperanza de que su hija no tenga que vivir la misma realidad de violencia y desplazamiento que él ha enfrentado. Las palabras de Adra resonaron profundamente en la audiencia, pero el ataque contra Ballal subraya la fragilidad de esa esperanza en el contexto actual.
Implicaciones más amplias
El caso de Hamdan Ballal no es un evento aislado, sino que se suma a un patrón de tensiones en Cisjordania, donde los enfrentamientos entre colonos y palestinos han aumentado en los últimos años. Según datos de la ONU, la violencia de colonos contra palestinos se ha incrementado desde 2023, con cientos de incidentes registrados anualmente, muchos de ellos bajo la aparente protección o inacción de las fuerzas militares israelíes.
Para los cineastas y activistas, este incidente también plantea preguntas sobre la libertad de expresión y la seguridad de quienes usan el arte como herramienta de resistencia. La comunidad internacional, incluyendo figuras del mundo del cine, ha comenzado a movilizarse para exigir respuestas claras sobre el paradero de Ballal y para garantizar su seguridad.
Mientras las noticias sobre Hamdan Ballal continúan desarrollándose, su caso sirve como un recordatorio sombrío de los desafíos que enfrentan quienes buscan documentar y resistir las injusticias en zonas de conflicto. “No Other Land” no solo ha capturado la atención del mundo por su valor cinematográfico, sino que también ha puesto en el centro del debate las vidas y luchas de aquellos que, como Ballal, enfrentan riesgos diarios por alzar su voz. La comunidad internacional espera respuestas, pero por ahora, la incertidumbre sobre el destino de este cineasta palestino sigue proyectando una larga sombra sobre la región y más allá.