
Las respuestas de Grok, la IA desarrollada por xAI, han generado controversia en México cuando se trata de política. Usuarios de diversas posturas ideológicas han expresado frustración, acusándola de falta de sensibilidad cultural o de no alinearse con sus perspectivas. Este fenómeno puede analizarse desde distintos ángulos, considerando tanto las posturas de izquierda como de derecha, sin tomar partido.
Desde una perspectiva de izquierda, algunos usuarios sienten que Grok no comprende las luchas históricas del pueblo mexicano ni las dinámicas de desigualdad que han moldeado el discurso político. Por ejemplo, quienes apoyan políticas progresistas o movimientos sociales esperan respuestas que reflejen empatía hacia causas como la justicia social, la redistribución de la riqueza o la crítica al neoliberalismo. Cuando Grok ofrece análisis más fríos o basados en datos, sin un tono que resuene con esas luchas, puede ser percibido como distante o incluso insensible a las realidades nacionales.
Por otro lado, desde una visión de derecha, hay quienes critican a Grok por no alinearse con valores tradicionales o por parecer demasiado “neutral” en temas donde esperan una defensa clara de instituciones como la familia, la religión o el libre mercado. Algunos usuarios conservadores han expresado que las respuestas de la IA carecen de un respaldo explícito a figuras o políticas que consideran fundamentales para la estabilidad del país, como el apoyo a la iniciativa privada o una postura firme contra el populismo. Esto genera la sensación de que Grok no “entiende” lo que está en juego en el contexto mexicano.
Un factor común en ambos lados es la expectativa de que Grok, al ser una IA global, debería adaptarse mejor al contexto cultural y político de México. La política mexicana está profundamente influenciada por su historia, desde la Revolución hasta los debates actuales sobre corrupción y soberanía. Sin embargo, las respuestas de Grok suelen ser más universales, basadas en patrones generales de datos, lo que puede hacerlas parecer descontextualizadas para un público que vive la política con intensidad emocional.
Además, la polarización en México amplifica estas reacciones. Tanto la izquierda como la derecha tienden a interpretar la neutralidad de Grok como una falta de compromiso o, peor aún, como un sesgo implícito hacia el “otro lado”. En un entorno donde las posturas políticas suelen ser blancas o negras, la ambigüedad o el análisis desapasionado de una IA puede ser recibido con desconfianza.
El enojo hacia Grok no se trata tanto de un problema inherente a la IA, sino de la dificultad de satisfacer expectativas profundamente arraigadas en un contexto político complejo y emocional. Para usuarios de izquierda y derecha, la política no es solo un tema de análisis, sino de identidad. Quizás el desafío para Grok esté en encontrar un equilibrio que, sin perder su enfoque objetivo, logre conectar mejor con la pasión y el contexto que define el debate mexicano.
No estaría mal que publiquen fuentes o referencias de estas quejas.
Si bien es un hecho la situación ideológica mexicana, es necesario evitarse la molestia de simplemente hacer un articulo incompleto (ojo, soy seguidor de porktendencia jajaja)